¿Hábitos? Ja ja ja

Hasta parece la mera verdad, pero es en serio que desde chiquitos se forman los hábitos, por eso a Iñaki le ponemos todos los días su libro y hace como que lo lee, aunque más bien le encantan los dibujitos jejeje. Yo creí que iba a ser de las mamás que, reloj en mano, iba a alimentar y dormir a mi bebé a la misma hora todos los días, seguir un ritual y que mi niño fuera el bebé perfecto que hace todo a su tiempo y lugar... pero los genes son más fuertes y resulta que es un desmother, igual que yo... duerme poco, igual que yo, come cuando le da hambre y nada más... ha sido un gran logro llevarlo a su propia recámara, aunque a Ru le ha dolido en el alma porque él es adicto a su bebé y no corta, de plano, no corta el cordón umbilical.

Alegrando vidas

Se nota que ya comenzamos el semestre en la facultad... no había entrado a mi blog en varios días y para mi gran sorpresa, ¡otro lector!!! Lalo (mi primo pródigo con tendencias de judio errante). Que linda frase "me alegras el día", una maravilla más del mundo de los blogs, no lo había pensado ni visto desde esa perspectiva. Al escribir aquí, que más bien parecerían palabras al cyber-viento, llegan justo a la persona indicada en el momento indicado... ¡cada día me sorprendo más de lo que se puede hacer con la tecnología!, ahora también llegando al corazón.

Besos a todos los que quiero y me leen y a los que no me leen también jajajajaja

Le voy a hablar al pajarito ehhh

Hace varios días fuimos a comer a conocido restaurante que de momento tiene una atractiva promoción del 2x1 y por ende esta casi siempre lleno de señoras de merienda y niños corriendo por todos lados. Resulta que la semana pasada llegamos a comer y una de esas comitivas estaba ocupando cuatro mesas en la sección de no fumar, donde preferimos sentarnos. Al parecer el chal estaba muy bueno, porque ninguna de las susodichas se dignaba a "atender" a sus hijos, de edades entre los 6 y 2 años. Los niños brincaban en las otras mesas, corrian alrededor poniendo a prueba las habilidades y equilibrio de los meseros... y nadie hacia nada. Cuando una de ellas notó que sus angeitos estaban poniendose más bien INSOPORTABLES, comenzó la lluvia de amenazas... fulanita, portate bien o te doy una nalgada, fulanito, estate quieto o el señor te va a regañar (pobre mesero, además de delegarle la chamba de ponerle un alto a los niños, lo pintan como el ogro)... y los niños seguían en su despapaye porque OBVIAMENTE sabían que era puuuuro rollo de las mamás y no iban a hacer nada (esta lección no la olvido: las nalgadas no se anuncian, simplemente se dan con la mano seguidas de un buen sermón). Total que la chorcha continuaba, los chiquillos molestando a todos a su alrededor y finalmente vinieron las palabras que pusieron a llorar a la más pequeñita de todas: "si no te portas bien le voy a hablar al pajarito".... ¿eeehhhhh?? ¿qué rayos quizo decir esa señora? Me quería reír a carcajadas, ¡cómo puede alguien inventar un "castigo" tan mafufo? Qué diablos es eso de que va a venir un pajarito... ¿qué va a hacer? ¿sacarle los ojos al niño?,¿llevarselo volando?,¿de qué pajarito hablaaaaann?¡que alguien me expliqueee! Alguien por favor debe hablar con esas mamás de cafecitos, ¿por qué no un curso de "cómo enseñarle a su hijo a ser obediente sin caer en el absurdo"? Iñaki aún es muy pequeño, pero esta experiencia fue una gran lección, me escupo a mí misma si alguna vez se me ocurre amenazar a mi hijo con el pajarito, el pterodáctilo o cualquier cosa que se le parezca... los niños requieren atención y si es necesario una nalgadilla oportuna, pero de amenazas... vas a ver cómo te va si siguies así (aha que miedo mamá jajajaja).

Primer tragedia

Pasó lo que tenía que pasar... el día de hoy Iñaki se cayó en la guardería y se raspó la nariz. Cuando lo vi me asusté un poquito, dije "aaahhh la fregada", pero él estaba sonriente y feliz como siempre, entonces pensé que no era seria la cosa. Lo segundo que me vino a lamente fue "Rubén se va a enchilar"... así que de camino, le dije a Iñaki... "hijito, así es la vida... a veces uno se da madrazos y ni modo, hay que levantarse y seguir aprendiendo". Cuando llegamos a casita Rubén luego luego comenzó a apapacharlo, así que la molestia del golpe quedó olvidada y ahora sólo hay besitos y abrazos para el bebé.